martes, 11 de febrero de 2014

Los movimientos del alma que llevan a la solución:

Es entonces cuando se hace más sensible la constelación, pues la dinámica que se genera entre los distintos representantes devela el desorden familiar. Se develan las implicaciones y vinculaciones de los distintos miembros. Aparece lo que Hellinger llama “movimientos del alma”, expresados por reacciones del cuerpo de los representantes. Estas reacciones muestran los sufrimientos, miedos, rabias, resentimientos, exclusiones, abusos, maltratos, faltas de respeto, etc. A partir de aquí es posible evidenciar la confusión y esta confusión es el principio de la solución.
Al poder tomar conciencia o darse cuenta de lo que se está dando en su sistema, el constelado se siente aliviado. Una vez que es expresada la confusión, ya no sigue fija y estática como en la imagen inicial y empieza el cambio. Durante el proceso, el constelador indica a los representantes qué lugar deben tomar y qué palabras pronunciar para cambiar la imagen.
La mejor alternativa en el desarrollo de las situaciones es buscar reconstruir la pertenencia en el sistema, incluyendo a los excluidos y consiguiendo respetar a los denigrados. Las palabras sugeridas gradualmente por el terapeuta durante la constelación sirven para reconstruir el orden y las jerarquías, así como para equilibrar las relaciones entre todos los miembros.

LA IMAGEN INICIAL

La imagen inicial que representamos cuando constelamos corresponde a una situación vivida desde la mente infantil. Esta mente funcionaba de forma omnipotente, es decir, creía que era capaz de todo.
También era omnipresente, creía que podía estar en todas partes y omnisciente, que todo lo sabía. Así las experiencias vividas son relatadas desde esas imágenes que la mente del niño pudo organizar en el momento en que las vivió, las cuales le causaron sentimientos de rabia, tristeza, miedo o alegría.
Desde esta base es que comienza la constelación y lo que esta logra en la mente del individuo es soltar esas imágenes y construir nuevas formas de mirar los hechos.

LOS RITUALES Y FRASES SANADORAS

Hellinger descubre a lo largo de su práctica que los rituales tienen una fuerza extraordinaria y que ayudan a ver una situación de manera diferente. Al verbalizar los sentimientos vividos, por ejemplo, luego de una experiencia traumática, se crea en la mente de la persona otra situación que puede superponerse a la imagen vivida durante el momento traumático. Durante los años en que convivió con las tribus Zulú en África, luego de observar los significados de sus ceremonias, comprendió los efectos que produce cada ritual en un sistema humano.

Hay dos grupos de frases: las que ponen en evidencia las verdades del alma, aquello que están sintiendo los integrantes del sistema , es decir, los sufrimientos, miedos, errores, enojos, iras asesinas y culpas. El otro grupo de frases son las que permitirán hacer el cambio de lugar, las palabras que re-significan el hecho, las reparadoras del vínculo sobre el que se está trabajando .

LA IMAGEN SOLUCIÓN

La imagen solución es la que denominamos imagen final, la que el consultante llevará grabada en la mente y en el corazón. Esta ofrece la solución al problema y , al irse realizando paulatinamente como imagen interior, da una mejor salida a la situación. A veces la solución es clara y con frecuencia representa el inicio de una nueva organización en la familia. El hecho de que cada uno de los miembros que componen el sistema se sienta mejor en el lugar que le corresponde crea una imagen de cambio que, mediante una toma de conciencia, impensadamente lleva a la solución.
La solución final se da por la vivencia en la imagen. ¿Qué significa eso? Que las percepciones sucesivas de la mente van dando lugar a los pasos solución. A este procedimiento se le conoce como "proceso simbólico de la mente". Estas transformaciones son las que ayudan a deshacer el conflicto y restablecer el orden, situando a cada miembro de la familia en su lugar, al mismo tiempo que sintoniza a las personas implicadas con su propio destino y responsabilidad.
La constelación termina cuando cada uno de los representantes se siente aliviado y recupera las fuerzas. Esto revela que estar en el lugar que nos corresponde dentro del sistema familiar da fuerza, mientras que ocupar un lugar que no es el nuestro nos debilita.























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