viernes, 7 de febrero de 2014

En nuestra vida, al final, todo se reduce a la comprensión de "qué es esencial y qué accesorio". Puede parecer un simplismo...¿Pero no les parece que todo hecho de vivir, se reduce a la toma de opciones? El problema vital radica en nuestros propios programas para evaluar qué es tal o cual cosa. Aquí, entra en juego, nuestra forma de dar valor. Medimos, calculamos, generalmente olvidándonos que lo esencial no es cuantificable. Podemos medir los metros cuadrados de nuestra casa, calcular las cuotas que nos faltan pagar del auto, o si nos alcanza o no el dinero ahorrado para nuestras vacaciones...pero qué hace convertir esa misma casa en nuestro hogar, es cosa distinta. ¿Qué convierte unas vacaciones, en un recuerdo imborrable? ¿Fue sólo la calidad de los servicios, o los momentos de encuentro con los afectos?
Compartir es esencial. Acumular es accesorio.
Valorar lo que tenemos es esencial. Desear es accesorio.
Entregarse es esencial. Especular con los sentimientos es accesorio.
El respeto por todos es esencial. Los juicios son accesorios.
El intento por comprender, es esencial. Si lo logramos o no es accesorio.
Dar lo mejor de sí, es esencial. Toda retribución es accesoria.
Aprender a recibir, es esencial. Dar por haber recibido, es accesorio.
Estar centrados en nosotros mismos, nos ayudará a vivir de una forma distinta todos los buenos o malos momentos de nuestra existencia...nada 
de lo medible puede ser llevado en nuestro viaje final hacia la luz.



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