viernes, 7 de febrero de 2014

"El terapeuta es como un viejo que ya recorrió el camino y eso es una actitud que no se puede transmitir en palabras. La presencia misma son las arrugas que tiene, las heridas cuyas cicatrices son visibles para el paciente.
La única curación que uno puede brindar es que uno ha reconocido el sufrimiento de uno mismo, el dolor en uno mismo y los ha trascendido. Entonces, está bien dominar una técnica, está bien haber realizado un aprendizaje intelectual y formativo; pero un buen terapeuta debe soltar los instrumentos, debe arriesgarse a soltar la técnica y apoyarse en sí mismo.
La técnica no cura. Lo que cura es la persona".

Guillermo Borja (La locura lo cura).


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