miércoles, 12 de febrero de 2014

Los órdenes del amor en la pareja

Hellinger se refiere a los hombres y mujeres adultos como los hijos del padre y las hijas de la madre. El orden del amor entre hombres y mujeres exige para ser adultos una renuncia.
Para que el hombre sea hombre, tiene que renunciar a su madre y acercarse al padre e identificarse con él. La mujer debe dejar al padre y regresar a la madre para identificarse con su género.
Si el hombre se queda en la esfera de la madre será el perfecto amante, el héroe, el salvador, el hombre ideal, pero no un hombre que le dé lugar a su mujer. Este es el hijo de la madre. Y si la mujer se queda en la esfera del padre, será la favorita de los hombres, la gran amiga, la amante ideal, pero no la mujer que le dé el lugar a un hombre. Esta es la hija del padre.
Si hacen pareja el hijo de la madre y la hija del padre, alguno de los dos buscará a la madre o al padre que han dejado, en un amante. Es muy importante hacer conciencia y trabajar por la madurez de cada uno para que la relación se construya y sea estable. El hijo de la madre se entiende bien con la suegra y la hija del padre con el suegro.
Si se supera esta inmadurez, el hijo crece y se convierte en el hijo del padre, la hija crece y se convierte en la hija de la madre, así la relación de pareja será estable.
El hijo del padre se llevará bien con el suegro y la hija de la madre se llevará bien con la suegra, ya que cada uno tiene su lugar y lo ocupa, no hay lucha por los lugares. Somos seres en crecimiento y las relaciones no están dadas porque nos casamos. Vamos cambiando y nuestro compromiso es construir una relación feliz para ambos.
El lugar que ocupo en mi familia de origen me lleva a comportarme de alguna manera: tiendo a repetir esos comportamientos en la relación de pareja y mi pareja se sentirá tal como se sintieron mis padres o mis hermanos conmigo en mi estructura familiar.

DAR Y TOMAR EN LA PAREJA

Recordemos que la relación es de dos, así que solo funciona si existe un equilibrio entre lo que cada uno da al otro. Si uno solo da, se crea un desequilibrio y una tensión que los apremia a buscar la compensación. Solo cuando el otro devuelva algo, la tensión puede cesar. Si este último da un poco más de lo que recibió, se mantiene una tensión buena en la relación, y así se genera un equilibrio.
La felicidad en una relación depende de la medida en que se toma y se da. Un movimiento reducido solo trae ganancias reducidas. Cuánto más extenso sea el intercambio, tanto más profunda será la felicidad.
Si en la relación de pareja uno de los dos es el que da, mientras que el otro tan solo toma, la relación se estanca. En algún momento, uno de los dos ya no soporta el desequilibrio: quien da más, se queja y reprocha, y quien recibe, no ve problema, o se siente en deuda y culpable. Al final quien da demasiado y quien se siente en deuda pueden irse de la relación si no hay otra manera de corregir el desequilibrio.
Así mismo sucede con los sentimientos y experiencias negativas en la relación de pareja. Cuando uno comete una injusticia con el otro, hiriéndolo, ofendiéndolo o irrespetándolo, se desarrolla la misma necesidad de compensación. Quien hirió debe compensar, algo así como ofrecer una forma de reparar, y debe proporcionar algún tipo de satisfacción que, aproximadamente, corresponda a lo que hizo. Así alimenta la relación.
También es correcto exigir la compensación. Para la compensación de un hecho que nos hizo mal, resulta especialmente provechoso exigir algo que le alivie el dolor. Es como quien dice: "sacarse la espina". La acción que se ejecute para equilibrar o en compensación debe ser algo menor a lo que nos hicieron ya que, si es algo más grande, el desequilibrio sigue y se da una escalada de agresión en vez de equilibrarse.
El que perdona generosamente daña la relación, ya que no resuelve la necesidad de compensación de una manera humanamente comprensible. Sucede todo lo contrario a lo que se creería puesto que la persona estaría agravando el desequilibrio. No habría una compensación ya que, por una parte, él es la víctima y, por otra, se pone por encima del otro, perdonándole.

CONSTELAR EL VÍNCULO.

El vínculo de una pareja es un espacio único que se construye desde el primer encuentro de las dos personas, y que va siendo conformado por acuerdos y pactos con respecto a lo que desean y como lo quieren vivir, en donde se acepta y se rechaza el lugar que desea ocupar cada uno, quién hace qué cosa y quién hace la otra. En el espacio de pareja, quedan registradas las frustraciones y las alegrías de cada momento de la historia de la relación de la pareja.

Al constelar la relación de pareja, aparece la dinámica del vínculo y en muchos de los casos se aclara el punto de estancamiento y la fuente que lo originó. Cuando tiene que ver con la proyección de problemas con los padres o con la familia de origen de cada uno, se traen representantes del padre y de la madre de los miembros de la pareja y se colocan detrás de ellos. Los asuntos no solucionados con nuestros padres son proyectados con frecuencia en la relación de pareja. Hijos ocupando el lugar de los padres ante la madre son candidatos a dejar solas a sus parejas. El lugar que ocupan los hijos en la relación de pareja depende de la fluidez del amor en la pareja. A veces se ve claro que algún hijo está en el medio y se ven con claridad los rompimientos vinculares y las alianzas con los hijos. Los rituales de aceptación del otro tal y como es, la solución de los problemas de cada uno con sus padres, así como el reordenamiento de las nuevas familias, son necesarios para salvar los vínculos de pareja cuando aún queda amor entre los dos.

Relaciones acabadas pueden cerrarse a través de rituales de despedida y dejarse en paz de verdad para poder seguir libres en la vida. Fritz Perls, dice: "Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo. No estoy en el mundo para satisfacer tus expectativas y no estás en este mundo para satisfacer las mías. Tú eres tú y yo soy yo, y si por casualidad nos encontramos, será hermoso, si no, no hay nada que hacer".

Es común encontrar relaciones simbióticas y dependientes en donde la violencia, los gritos y las amenazas son la única forma aprendida para rescatar un poco la diferenciación e intentar manejar la angustia de disolverse en la relación con el otro.
Frases como las siguientes ayudan a hacer conciencia de esto:

* "Te odio porque me muestras el que soy y no quiero ver".

* "Cuando no siento tu amor, no es porque no me ames, es porque te dejo la responsabilidad de hacerme conocer el amor que debo sentir por mí".

* "Creo ser mejor que tú y así desconocer que tu amor es diferente al mío. Nunca te he visto".

* "Al no ser capaz de encontrar mi propio amor, he buscado las formas de que me mantengas ocupado/a con la posibilidad de la venganza y no del amor".

* "Te engaño con complacencias pues sé que así aseguro tu amor y no mi muerte".

* "Rechazo todo lo que haces para que me dejes antes de yo sentir todo el amor hacia ti, que me duele tanto".

* "Tú eres lo que más quiero porque no sé quien soy yo".

* "Vivo por ti para no conocerme".

* "Sería horrible la verdad al final: que solo me tengo a mí y lo que he sembrado".

Cuando mi pareja ve que no es por falta de amor los errores que cometo, sino por mis propios sufrimientos del pasado, puede aceptarme como un ser real.
Si veo con claridad que con historias diferentes los dos tenemos la herida en el mismo lugar de nuestro corazón, puedo comprender su comportamiento y aceptar que no es contra mí lo que el otro hace mal y me duele. La herida hace referencia a situaciones vividas en el seno de nuestra familia que hemos interpretado como desamor de nuestros padres y hermanos.

¿CÓMO HACER QUE NUESTRA RELACIÓN DE PAREJA SEA UN LOGRO?

TRES REGLAS SENCILLAS:

1- SOLTERO O SOLTERA: Primero tus padres.

2- CASADO O CASADA: Primero tu pareja, en segundo lugar tus padres.

3- CASADO O CASADA CON HIJOS: Primero tu pareja, en segundo lugar tus hijos, en tercer lugar tus padres.

Si cambias el orden en cualquiera de los puntos…probablemente tendrás una vejez solitaria.

TRES COSAS SE NECESITAN:

1- LA RELACIÓN SEXUAL: Es esencial, pues sólo a través de la relación sexual se continúa la vida. Aquí se condensan el amor y la vida. Es la culminación de nuestro desarrollo. En el amor que se expresa en ella y en el instinto que conduce a ella actúa la fuerza más poderosa que conocemos, es propiamente la fuerza vital, la fuerza espiritual, la máxima fuerza, la fuerza más semejante a Dios. En ella se manifiesta más tangiblemente lo más grande del mundo, lo divino. Para la relación de pareja se necesita en primer lugar que se logre el amor sexual.

2- EL AMOR DEL CORAZÓN: El amor sexual se logra mejor si procede del amor del corazón, cuando el amor sexual es también una consumación del amor del corazón.

3- LA VIDA EN COMÚN: Es un bien muy elevado, a la vida en común hay que aprenderla y conseguirla.

Cuando se juntan estas tres cosas con todo lo que forma parte de ello, el intercambio, la ayuda mutua, el apoyo, entonces crecemos en la relación de pareja.

Cada una es importante por sí misma y ninguna puede sustituir a las otras.











El cáncer y las relaciones vinculares

Las constelaciones familiares han demostrado que detrás del cáncer en las mujeres existe un rechazo a la madre, la maternidad o al amamantamiento. En algunos casos es generacional, por ejemplo, varias de las mujeres de la familia han tenido problemas de relación con sus madres.
Es tan doloroso tener resentimientos con la madre que algunas mujeres prefieren morir para honrarlas.
Los trabajos de investigación de Hamer muestran comunes denominadores de experiencias vividas por pacientes que han desarrollado la enfermedad: "El cáncer se genera cuando la persona se ha enfrentado a una situación emocional traumática o a un evento crítico muy intenso que toma a la persona por sorpresa y lo vive en soledad". Detrás de un cáncer siempre hay un rompimiento vincular.
En el fondo del alma de una persona que tiene un cáncer hay depresión. La depresión es el medio que la persona utiliza para no sentir presión, sobre todo afectiva. La persona no puede más, ha llegado a su límite. Parece ser que las personas en depresión tienen conflictos pendientes que resolver con el progenitor del género contrario, además de falta de afecto de la madre. En la depresión hay una regresión a la impotencia que se siente en la primera infancia y se experimentan sentimientos de rabia contenida.
En la depresión es necesario que la persona reciba a la madre, quien es la que nutre, que da la vida para poder enfrentar el mundo. Lo que se sugiere en estos casos es precisamente hacer un proceso de tomar a la madre tal y como es, con las cosas buenas y no tan buenas.

martes, 11 de febrero de 2014

La enfermedad

El cuerpo humano es sabio. Si analizamos el sistema fisiológico y su capacidad de autorregularse, los sistemas cardiovascular, óseo, linfático, digestivo, nervioso y muscular, vemos que hay una unidad esencial en nuestro ser. El cerebro regula las funciones de cada uno de los sistemas. Ryke Geer Hamer (médico creador de la medicina biológica) descubrió en sus investigaciones que hay zonas en el cerebro que rigen cada órgano y que una experiencia emocional traumática produce un cortocircuito cerebral. La transmisión de mensajes desde la mente hacia el organismo se realiza a través de un complejo sistema en el que participan el flujo sanguíneo, el sistema nervioso y numerosas hormonas segregadas por las glándulas endócrinas. En la corteza cerebral es donde se prenden las alarmas cuando se percibe la actividad que supone una amenaza para la vida.
No existe separación entre cuerpo y la mente, el organismo presenta una conexión de los órganos con los sentimientos y las emociones. Es por lo anterior que se habla de las enfermedades psicosomáticas. Ahora miremos cómo las situaciones por las que atravesamos en la vida no son positivas ni negativas, simplemente son, están en nosotros y el pensamiento es el que las cataloga como buenas o malas.

A través de las constelaciones familiares, se ha puesto de manifiesto que muchas de las enfermedades están relacionadas con algún acontecimiento que ocurrió en la familia. Debido a que las constelaciones han permitido observar conexiones esenciales entre la enfermedad y la dinámica emocional de la familia, muchas personas acuden a realizar su constelación con una enfermedad grave. Este método terapéutico es complemento a la intervención médica, lo que trabaja es otra realidad que emerge a la luz. En la familia enfermamos pero no es debido a que existan integrantes que sean malos, sino porque en las familias actúan destinos que implican, influyen y afectan a todos sus miembros. El amor en la familia puede tanto enfermar como sanar. Sanamos en la familia porque una vez que descubrimos el mismo amor que llevó a la enfermedad, este se une al conocimiento para buscar otra solución. La fuerza del amor nutre las células del cuerpo dándole los recursos para afrontar la vida, el reto de la enfermedad, el destino, los desafíos. El amor es lo que sostiene y mantiene todo.
La enfermedad y el síntoma vienen a nosotros para ayudarnos a comprender aquello que no fue mirado ni incorporado. Cuando la persona logra contactar la emoción que está anclada en su cuerpo como testigo, la drena desde el punto de vista físico, la comprende y elabora desde el punto de vista mental y, por último, la reconstruye. Después de estos tres procesos, la persona logra sanarse.

Imaginemos el cuerpo como un globo inflado: aparece un acontecimiento negativo, nace la emoción, aumenta la tensión y aparece la expresión emocional. Entonces desciende la tensión y viene, por ende, la relajación. Si no hay expresión emocional, el globo se infla más y más hasta que termina por explotar: enfermedades físicas, emocionales, psíquicas.
Las constelaciones con enfermedades no sanan mágicamente, solo transforman la mirada sobre la vida y permiten a las personas tomar responsabilidades sobre sí mismas. Muchas veces sucede que, después de comprender algo y hacerse cargo, la enfermedad se retira.
El propósito de las constelaciones familiares es sintonizarse con el propio destino y cambiar la percepción de los acontecimientos. Cuando en una familia ocurrió un hecho que desembocó en un desorden, aparece la necesidad de compensación debido a que el alma familiar se desvela por el orden. Al existir un desvío de ese orden, algún miembro en la familia puede enfermar.

ASPECTOS BÁSICOS PARA MANTENERNOS EN SALUD Y PLENITUD

* ATENCIÓN VOLUNTARIA: esto es simplemente sentir tu cuerpo y la energía que fluye dentro de él, y sentir la conexión entre el medio ambiente y tú mismo.

* LA ATENCIÓN CREA CONEXIÓN: cuando permites a tu mente, consciente o inconscientemente, experimentar la energía y la información, este proceso promueve conexiones no solo dentro de tu cuerpo, sino entre tu cuerpo y el medio ambiente.

* LA CONEXIÓN CONLLEVA AUTORREGULACIÓN: como un equipo de atletas o de músicos que consiguen éxitos, las conexiones dinámicas entre los integrantes permiten que el equipo se organice y se controle (autorregulación), con la ayuda de entrenadores y directores.

* LA AUTORREGULACIÓN PROMUEVE EL ORDEN: lo que experimenta como plenitud, éxito e incluso belleza, refleja un proceso organizador realizado por las conexiones que permiten la autorregulación.

* EL ORDEN SE EXPRESA CON BIENESTAR: cuando cada cosa está conectada correctamente, y las partes (los integrantes) están autorizadas a cumplir con sus respectivos papeles, el proceso de autorregulación puede ocurrir sin esfuerzo. El proceso fluye.

CONEXIÓN= ORDEN Y BIENESTAR

DESCONEXIÓN= DESORDEN Y ENFERMEDAD.

Constelaciones sistémicas con enfermos

Todas las posibilidades que brindan las constelaciones sistémicas con enfermos sólo se pueden desplegar en el trabajo individual con cada uno de los pacientes. Aunque en el caso de muchas formas de enfermedad o de síntomas se muestren a menudo dinámicas familiares iguales o similares, los pasos de solución son diferentes para cada persona. El arte del terapeuta consiste, por un lado, en hacer consciente para el paciente aquellas imágenes internas, actitudes y creencias que lo conducen a la enfermedad o que lo llevan a persistir en ella en los síntomas existentes y, por otro lado, en ponerlo en contacto, a través del proceso terapéutico, con realidades que lo conduzcan a modificar su actitud y, con ello, a encontrar una vía de alivio o tal vez de curación. Igual que sucede con la homeopatía respecto a la medicación apropiada (el similimum), también aquí prevalece la premisa de que quien no da en el blanco es porque está errado.

Muchas enfermedades están relacionadas con el destino de miembros de la familia que quedaron excluídos. El sufrimiento y el dolor que causan las enfermedades alientan a reconocer la pertenencia no sólo de esas personas, sino también de acontecimientos traumáticos excluídos, y a volver a incluirlos e integrarlos. Esta integración pasa a menudo por un proceso de solución con los padres, y también es un proceso de solución de los padres y de la familia. Exige ir más allá de la conciencia familiar sobre lo bueno y lo malo, conciencia ésta que separa. Significa tomar distancia de juicios y movimientos excluyentes y significa reconocer que cada cual, sea como sea y haya hecho lo que haya hecho, tiene el mismo derecho a pertenecer. Esta actitud que los integra a todos en el alma se siente como algo sereno y sanador.

El trabajo con constelaciones puede ser considerado como un método pero, más allá de eso, es una enseñanza sobre las relaciones humanas, una filosofía de vida, una actitud en la vida y una forma de vivir.
¿Cómo sería si nuestros hijos escucharan acerca de estas interrelaciones ya en la escuela? ¿Cómo sería si a la dietética se le volviera a otorgar su importancia original como la enseñanza de aquellas medidas que contribuyen a la salud física y espiritual o a la sanación misma?

Hay muchas razones por las que algunos pacientes, a pesar de todo el arte de la medicina, no muestran reacciones positivas respecto a la terapia médica, igual que hay enfermos con síntomas crónicos que pasan de médico en médico sin encontrar alivio.
Las constelaciones sistémicas pueden servir de apoyo a un tratamiento médico, en especial cuando éste no ha resultado exitoso. La mirada al trasfondo familiar que abarca a varias generaciones constituye una pieza importante dentro de un concepto de tratamiento integral, a la vez que le abre nuevos caminos al médico o al terapeuta y activa los recursos para la autosanación.
El genograma o árbol genealógico

Huir no sirve de nada, la evasión los lleva lejos pero la historia familiar los devolverá al pasado, a repetir las mismas situaciones siempre que no hayan decidido reaccionar para liberarse de los anclajes transgeneracionales negativos.

Una forma es realizar su genograma o árbol genealógico, así descubren los lazos, salen los secretos y los duelos inacabados. Usted puede comenzar por los datos más inmediatos, los que conoce. Los otros irán apareciendo incluso sin buscarlos. Así usted activa la memoria que atraviesa el tiempo, las épocas, los acontecimientos y que poco a poco la conciencia les dará sentido. El genograma es una representación gráfica de una constelación familiar multidimensional (por lo menos 3 generaciones) que registra información sobre los miembros de esa familia y sus relaciones. Su estructura en forma de árbol proporciona una mirada integrada de las relaciones familiares y aporta ideas que pueden explicar cómo un problema puede estar relacionado con el contexto familiar y su evolución a través del tiempo. El árbol familiar nos permite ampliar nuestra conciencia individual y darnos cuenta de cómo las experiencias de nuestros antepasados forman parte de aspectos profundos de nuestro Ser. Que nuestras propias decisiones, incluso nuestra forma de vivir, influirán en nuestros descendientes: hijos, nietos y biznietos por más de 5 o 6 generaciones.

La descripción gráfica de nuestra familia, construida a partir de los acontecimientos más significativos, facilita ver cómo cada miembro está biológica y emocionalmente ligado con el otro, de generación en generación. Revisar la constelación materna y paterna nos sirve para darnos cuenta de los patrones que se repiten a través de las generaciones. Esas repeticiones son herencias psicológicas, algunas organizadoras y otras desorganizadoras. Por ejemplo, decisiones, logros o experiencias que tuvieron nuestros ancestros nos transmiten energía, son una bendición que viene del pasado. Estas bendiciones tienen un afecto más positivo si las podemos recordar y celebrar.

Las influencias no tan sanas son acciones negativas q hicieron nuestros ancestros, por ejemplo, asuntos inconclusos, situaciones emocionales no resueltas, frustraciones amorosas, muertes imprevistas, daños a otras personas, negación a crecer espiritualmente. Todas estas situaciones bloquean la transmisión de energía. Además, si son inconscientes, se convierten en muros que pueden bloquear nuestro camino. Estas influencias son más poderosas si son un secreto. Cuando se liberan, cuando es posible ponerles nombre y realizar actos reparadores, liberan energía que puede ser canalizada creativamente. 

Los campos morfogenéticos

TEORÍA DE RUPERT SHELDRAKE

El mencionado biólogo dedicado a la física cuántica, explica que el espacio no está vacío. Allí está la información, ella viaja y es percibida y sentida por quien la reconstruya colocándose en el lugar físico de un miembro de ese sistema. Esta teoría la explica Sheldrake a través de sus investigaciones acerca de los campos morfogenéticos. La hipótesis de Sheldrake se apoya en que, adicionalmente a los campos que ya son conocidos por la ciencia como son el campo gravitacional y el campo electromagnético, existen otros en la naturaleza llamados campos morfogenéticos. Estos campos, que él define como "estructuras organizativas invisibles que moldean o dan forma a tales cosas como los cristales, las plantas y los animales", también tienen un efecto organizador en la conducta de los seres. Son campos morfogenéticos que contienen información recopilada de toda la historia y la evolución pasada. Los campos morfogenéticos son estructuras de orden, campos que llevan solo información, no energía y actúan a través del tiempo y el espacio sin pérdida alguna de intensidad después de haber sido creados. El aprendizaje hace que cambie el campo mórfico constantemente. Todas las veces que un miembro de una especie o de un sistema aprende un comportamiento nuevo, cambia el campo mórfico. En el espacio físico entre una persona y otra está la información de esa relación o de ese grupo de personas.
Lo que llamamos las leyes de la naturaleza puede ser solamente un hábito. La idea radical de Sheldrake es que todo no está fijo por leyes eternas. De hecho, los campos morfogenéticos reciben un continuo feedback, son retroalimentados, de manera que están siendo continuamente modificados. No es un proceso en una sola dirección desde formas fijas, sino un proceso en dos direcciones (ida y vuelta) de cambio constante y desarrollo.



Desde la mirada de las constelaciones familiares

LA RELACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS

Saber que necesitamos relacionarnos y vincularnos con los padres es algo simple que todos aceptamos, pero comprender que las dificultades en la relación con ambos padres o con uno de ellos producen problemas serios en nosotros mismos y en las relaciones con los demás es algo poco reconocido. A decir de Heidegger: "La vida no puede ser comprendida sin mirar hacia el pasado, pero tan solo puede ser vivida si miramos el presente".
Considero esencial comprender el desarrollo del ser humano desde la mirada vincular para entender las constelaciones familiares.

EL VÍNCULO CON LA MADRE

Todos nacemos de una madre, e inicialmente dependemos física y emocionalmente de ella para vivir. Debido a esta dependencia, es esencial que la madre desempeñe tres funciones medianamente bien para criar a un individuo sano.
Si hemos tenido una madre suficientemente buena, suficientemente dadora, nos resulta fácil interiorizarla como una fuerza que nos alimenta y estará integrada en nuestra alma. La aceptamos con lo bueno y lo no tan bueno, con habilidades, limitaciones, errores y aciertos. Del mismo modo que tenemos confianza en la madre, la tenemos en nosotros mismos, en lo que somos y en lo que lograremos alcanzar. Nuestra autoestima se regula desde adentro y no desde afuera; cuando creemos en nosotros nos sentimos valiosos, merecedores y capaces, no dependemos de un factor externo que nos lo confirme. En cambio, si tenemos una madre a la que sus limitaciones humanas no le han permitido cumplir sus funciones, no tendremos certeza de su amor incondicional. Dudaremos, no nos sentiremos mirados, amados… y es posible que tengamos reproches y quejas. La mirada de las constelaciones nos mostrará que, independientemente de que la madre haya podido desempeñar suficientemente todas las funciones, podemos comprender y reconocer que fue así, y conseguiremos "tomarla tal y como fue" para poder seguir adelante en la vida.

¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DE UNA MADRE?

La primer función es la de acunamiento. ACUNAR es lo más instintivo, es abrazar, arrullar, dar. La madre intercambia placer con el hijo, sonrisas, balbuceos, palabras, y sus avances en el crecimiento es lo que recibe como retribución; esto contribuye a continuar la interacción.

La segunda función es la contención. CONTENER no es solo poner límites, es además evitar el desbordamiento de los sentimientos del hijo. También implica poder recibir del hijo no solo lo bueno: sonrisas, balbuceos y palabras sino también los berrinches, caprichos, todas sus necesidades, como las fisiológicas y los comportamientos que no nos agradan. Las madres que rechazan algún comportamiento del hijo es porque les hacen recordar casi siempre a personas no gratas en la familia o les muestran comportamientos no aceptados de sí mismas.

Es natural que una madre deprimida críe a un hijo deprimido o colérico. Este puede presentar una depresión tan grave que se ilusione con la idea de morir. Obviamente, esa depresión ocurre porque la madre no puede dar lo que no ha recibido y no lo ha recibido probablemente porque ella tampoco tuvo un buen vínculo con su madre. La historia se repite una y otra vez, esto es lo que llamamos herencia transgeneracional. Así como traemos en los genes la herencia física, existe la herencia psicológica a través de lo que llamamos los rasgos de carácter. Además, el ambiente determina muchos de nuestros comportamientos debido a la educación y al sistema de valores y creencias al que somos leales.

CUANDO NO SE CREA O SE ROMPE EL VÍNCULO

En las circunstancias en que el vínculo entre la madre y el hijo no se construye, la mente del niño no logra sentir que pertenece a la madre y que es parte de ella, tampoco puede sentir certeza de ser amparado y protegido. Puede quedarse entonces, apegado a ella a la espera de poder sentir esa certeza. En otros casos, cuando sí se logra el apego pero durante el primer año de vida hay rompimiento o separación de la madre, ya sea porque el bebé es llevado a vivir con otro familiar o la madre fallece, esa mente humana no logra diferenciarse y desapegarse de la madre. Ya siendo adulto, aquella persona no logra desarrollar la capacidad de vinculación y de diferenciación, así que no puede tener relaciones diferenciadas con los demás seres, únicamente tiene relaciones donde no hay conexión afectiva profunda. Estas personas no plantean relaciones donde el otro es diferente a ellos, no soportan las diferencias, pues estas son sentidas como una traición.
Las constelaciones familiares se centran en tomar a la madre como punto esencial de su planteamiento en las relaciones entre las personas y al mismo tiempo, se remontan a las generaciones anteriores. Si la madre no puede aceptar a su propia madre, no le es posible aceptar a su propia hija. Esta hija no se siente recibida y por ello no puede tomar de la madre carente, no se puede llenar esta percepción con alguien vacío. Así las cosas en caso de que la hija desee formar una pareja no será fácil para ella recibir ni tomar del otro. Si no tenemos una madre dentro de nosotros no podemos amar.

ADICCIONES, PROBLEMAS DE NUTRICIÓN Y EL VÍNCULO CON LA MADRE.

Desde el punto de vista psicodinámico, las adicciones como el alcoholismo y las drogas tienen que ver con la primera etapa del desarrollo psicoafectivo del niño, que es una etapa oral estrechamente relacionada con la nutrición y la lactancia materna. Después de la respiración, la succión es el segundo reflejo más importante y la boca es la que sustituye el cordón umbilical, que fue el que nutrió al bebé durante nueve meses. A través de la boca es que el niño lacta afecto, de esta forma se nutre de la madre. Cuando el pecho de la madre no ha sido energetizado con afecto y abundancia, el bebé siente que se interrumpe el acercamiento amoroso entre él y la madre. Ese "movimiento interrumpido" hace que, cuando sea adulto, sufra patologías que tienen que ver precisamente con la boca. Debido a que el placer se encuentra en la zona oral, de donde el niño se nutre de la madre, el hijo genera un vínculo de afecto hacia la vida. Pero si el bebé jamás recibió ese contacto con la vida, se deprime y se genera en él un deseo inconsciente de relación permanente con la muerte.

EL VÍNCULO CON EL PADRE

Del vínculo con el padre, el hijo aprende la diferencia, es decir, que hay varios puntos de vista y maneras de hacer las cosas. También aprende a vivenciar cómo se siente estar en un tercer lugar, así el niño conoce cómo se vive en el seno de una familia en el que hay que relacionarse entre tres. Estas relaciones entre tres son aprendidas en las vivencias entre papá y mamá con él, y entre papá y mamá sin él. De este modo es que aprende que a los demás también se les da lugar y a respetar las necesidades de los otros.
El padre enseña el "no todo". Cuando el padre le dice "no" al hijo o a la madre, está enseñando que no todo lo que se desee, se puede. A su vez, la madre comienza, a través de la alimentación, a hacer esperar al niño mientras puede alistar el alimento. Con estas enseñanzas, los padres le indican al hijo que hay que esperar gradualmente en la vida. Los padres en conjunto desarrollan una disciplina en casa donde los límites, la autoridad y el cumplimiento de las leyes permiten a los hijos adaptarse al entorno social. En muchas familias sucede que el padre está ausente, no participa en la educación del hijo y se entrega a su trabajo o a su vida personal. Se da también que su palabra no es escuchada ni validada por la madre, o sucede que el padre está presente en la familia como un niño más y no hace valer su palabra, como una forma de evitar las responsabilidades. Ante la ausencia del padre, la madre necesita ejercer las dos funciones pero generalmente uno de los hijos asume alguna de las funciones paternas ante los otros hermanos y se produce un desorden que trae como consecuencia que un hijo deje de asumir el rol que le corresponde, el que le permite tomar de los padres y ser igual a los otros hermanos.

LA IMPORTANCIA DEL VÍNCULO CON EL PADRE.

La relación con el padre se establece a través de la madre. El padre aparece en la mente del niño con la palabra que diferencia al niño de la madre: "No". El padre que hace funciones de madre es interiorizado por el niño como una madre, así queda vacío el lugar del padre. Estar vacío angustia a los niños y jóvenes de tal manera que se llenan compulsivamente con lo que encuentran: comida, drogas, cigarrillo o cosas.
Es común que algunas madres no permitan a sus hijos e hijas acercarse al padre. Algunas veces no es en forma consciente, pero se habla mal de él y se resaltan las situaciones de diferencia en la relación de pareja, de tal manera que el hijo no desea el acercamiento a él. Como consecuencia, el hijo se siente culpable por ser desleal al padre, se aleja de él y no lo vuelve a ver, de tal modo que no logra integrarlo en su alma. Si la madre no permite que el hijo se relacione con el padre y otro diferente a ella, este sujeto quedará sin construir el espacio para una pareja y son personas que tendrán relaciones dependientes: adictivas, codependientes, o de sumisión y sometimiento.

Desarrollo psicológico para convertirnos en seres adultos sanos

Con la madre se inicia el primer contacto de un hijo, ellos son parte de la madre en el embarazo y al nacer son seres diferentes, gradualmente independientes. Las madres somos responsables de soltar a los hijos, desde la mirada de su desarrollo psicológico debemos entregárselos al padre para permitir que se relacionen con él tal cual es. Debemos ayudarlos a sentir que con el padre el vínculo solo será diferente y que no se romperá el lazo con nosotras, que no nos perderán. Además, el hijo necesita reconocer al padre como un ser con cosas buenas dignas de valorar. El padre, por su parte, debe recibir al hijo dentro de su proceso afectivo para que la madre lo pueda entregar. Él conseguirá retirarse de la madre cuando se sienta seguro al lado del padre. Lo anterior con el fin de que el hijo se "llene de padre", o sea, de masculinidad: si es hombre, que viva las experiencias propias de su sexo y si es mujer, que conozca al sexo opuesto. Es común que sea más cómodo para los hombres en nuestra sociedad dejar a la madre ocupándose de los hijos varones y normalmente las consecuencias se ven más adelante. Se originan conflictos que van desde problemas de identidad sexual, perversiones, adicciones, hasta dependencias de las madres y dificultades para tratar con las mujeres de una forma diferente a la filial, o logran solo seducirlas y las dejan. Los niños que se quedan sin ir al padre en su desarrollo emocional no pueden amar y desear a la misma mujer, normalmente o aman, o desean. A la mujer que no es la madre de los hijos es a la que pueden desear. Muchas relaciones de pareja comienzan a enfriarse sexualmente después de tener hijos. Sin embargo, es una situación superable si se trabaja en terapia. En el caso de las mujeres, también la madre debe desapegarlas y soltarlas durante su desarrollo psicológico para que puedan ir al padre pero más tarde, después de unos años, rescatarlas de los brazos del padre para que regresen y se identifiquen con su género, de esta manera transita al proceso de buscar pareja para ellas. Es frecuente ver en la consulta que las hijas que se quedan en alianza con el padre tienen problemas personales y buscan ayuda de pareja. Allí se observa que la madre dejó a la hija ocupando el lugar de ella, desempeñando las funciones de cuidar y atender al padre. Es aquí cuando aparece un divorcio psicológico, aunque la pareja siga viviendo bajo el mismo techo. Cuando se da la situación de que las hijas ocupan el lugar de la madre, estas mujeres son las mejores amantes, las heroínas, pero no son buenas parejas de nadie.