sábado, 8 de febrero de 2014

Los mandalas

¿QUÉ ES UN MANDALA?

El mandala es una herramienta para conectarse con la esencia de la vida, que puede llevarnos al encuentro de nuestras características personales más profundas.
Para los hindúes significa "círculo sagrado" en sánscrito y para el budismo tántrico es un diagrama simbólico usado en ritos sagrados y como un instrumento de meditación. El mandala es básicamente una representación del Universo, un área consagrada que sirve como receptáculo para los Dioses y como punto de unión de las fuerzas universales.

El hombre (el microcosmos), mentalmente "entrando" en el mandala y penetrando hacia su centro, es una analogía de los procesos cósmicos de desintegración y de reintegración.
En la cultura occidental, fue Carl Gustav Jung, quien lo utilizó en sus terapias con el objetivo de buscar la individualidad en los seres humanos.
Según Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encuentra firmemente anclado en el subconsciente colectivo. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, en esta actividad descubrió la relación que éstos tenían con su centro y a partir de allí elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.

Desde el punto de vista espiritual, es un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente.
¿CUÁL ES SU FUNCIÓN TERAPÉUTICA? 
Los mandalas actúan equilibrando los chakras por medio de los colores y haciendo meditar el lado lógico de nuestro cerebro a través de las formas geométricas sagradas. El mandala enviará impulsos a la mente llegando a los receptores del cerebro donde se procesará y se obtendrá una reacción.

El meditar con mandalas sana a nivel físico, psíquico y espiritual. Es muy probable que experimentes  la sensación de expansión de la conciencia. También suele traer "recuerdos" que teníamos olvidados en el subconsciente, como por ejemplo, traumas de la infancia. Permitiendo que afrontemos tales hechos, sacando las "trabas" de nuestra mente y superando así todas nuestras limitaciones.

Un mandala siempre va a ser positivo independientemente de su color, pero resulta doblemente útil, cuando ya hemos localizado un problema en alguno de los chakras y queremos atacarlo. Entonces, podríamos ayudarnos eligiendo algún color determinado, lo cual actuaría acelerando el proceso de curación. Si se necesita ayuda para exteriorizar las emociones, debe colorearse de adentro hacia fuera; si se desea buscar el propio centro, se pintará de afuera hacia adentro.
SEGÚN LOS COLORES:
ROJO: Primer chakra. Es el color del amor, la pasión, lo masculino, la sensualidad, la fuerza. Resistencia, independencia, conquista, ira y odio. Impulsa la fuerza vital a todo el cuerpo. Incrementa la confianza y seguridad en sí mismo, permite controlar la agresividad y evitar querer dominar a los demás.
En el aspecto físico proyecta energía a la parte inferior del cuerpo, suministra fuerza a los Órganos reproductores. Esencia de supervivencia. 
NARANJA: Segundo chakra. Energía, dinamismo, optimismo, ternura, ambición, valor, afán de prestigio, frivolidad. Fomenta la tolerancia para sociabilizar con toda la gente. Incrementa la autoestima, ayuda a enfrentar todos los retos para la evolución personal. Utiliza los éxitos y/o fracasos como experiencias y aprendizajes.
En el aspecto físico proyecta energía al Intestino delgado y Colon, a todos los procesos metabólicos y a los Ganglios linfáticos inferiores.

AMARILLO: Tercer chakra. Es la luz, el sol, alegría, jovialidad, simpatía, receptividad, entendimiento, liberación. Crecimiento, sabiduría, fantasía, anhelo de libertad, envidia, superficialidad. Ayuda a liberar los miedos internos. Permite manejar con balance el ego y las desilusiones. Ayuda a canalizar mejor la intelectualidad.
En el aspecto físico proyecta energía al Aparato digestivo, Hígado, Vesícula, Páncreas, Bazo, y Riñones. 
VERDE: Cuarto chakra. Equilibrio, crecimiento, esperanza, perseverancia, voluntad, curación, integridad, bienestar, tenacidad, prestigio. Falta de sinceridad, ambición de poder. Proyecta tranquilidad y balance en lo sentimental. Permite expresar los sentimientos más libremente. Expande el amor interno hacia uno mismo y los demás. Ayuda a controlar el sentido de posesión y los celos.
En el aspecto físico, proyecta energía vital al Sistema Circulatorio, Cardiovascular, Corazón. 
AZUL: Quinto chakra. Calma, paz, serenidad, seguridad, satisfacción, aburrimiento, paralización, ingenuidad, vacío. Ayuda a exteriorizar lo que está en lo profundo, permitiendo evolucionar a medida que se van dando cambios en la vida de la persona. Permite tener tolerancia a los pensamientos y demanda de los demás.
En el aspecto físico proyecta energía a los Pulmones, Garganta, Tráquea, Ganglios linfáticos superiores y ayuda a evitar las Alergias y padecimientos en Piel. 
ÍNDIGO: Sexto chakra. Ayuda a comunicarse con el ser interno, abriendo la intuición. Permite aprender a dejar fluir los mensajes del cerebro, conectando directamente a la inteligencia de la conciencia cósmica. Fomenta el control mental y expande los canales de recepción para percibir la verdad en cualquier cosa o nivel de vida. Estimula la confianza en ser guiado desde el alma.
En el aspecto físico, proyecta energía vital al Cerebro, Sistema nervioso, Sistema muscular y óseo.
VIOLETA: Séptimo chakra. Mística, magia, espiritualidad, amor al prójimo, idealismo, sabiduría, transformación, inspiración. Pena, renuncia, melancolía. Proyecta el contacto del espíritu con la conciencia profunda del cosmos. Expande al poder creativo desde cualquier ángulo, música, pintura, poesía, arte, permitiendo a la persona expresar su visión de la realidad y su contacto con la fuente primordial, el creador del universo. Ayuda a no ser extremista o absolutista, con el fin de expandirse explorando las dimensiones de la imaginación y el conocimiento. 
ROSA: Amistad, sociabilidad, comunicación, imaginación, humor, encanto, aspectos femeninos e infantiles. Altruismo, egoísmo, necesidad de reconocimiento. Envía estímulos de equilibrio total en todos los niveles. Amor universal, bondad. Paz interna, autovaloración. Equilibra las emociones, ayuda a liberar los resentimientos, el enojo, la culpa, los celos.
En el aspecto físico, proyecta energía al Corazón y ofrece una curación completa en todos los niveles.

BLANCO: Nada, pureza, iluminación, perfección.
NEGRO: Muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia. 
GRIS: Neutralidad, sabiduría, renovación. 
ORO: Sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.

PLATA: Capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.
































SEGÚN LAS FORMAS:

Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado.
Los más utilizados:

CÍRCULO: Movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.

CORAZÓN: Sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
CRUZ: Unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.

CUADRADO: Procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.

ESTRELLA: Símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.

ESPIRAL: Vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.

HEXÁGONO: Unión de los contrarios.

LABERINTO: Implica la búsqueda del propio centro.

MARIPOSA: Autorenovación del alma. Transformación y muerte.

PENTÁGONO: Silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.

RECTÁNGULO: Estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.

TRIÁNGULO: Agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro).



¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LOS MANDALAS?
  • Reconecta con tu ser esencial.
  • Cura la fragmentación psíquica y espiritual.
  • Fomenta la paciencia. 
  • Despierta los sentidos. 
  • Entrena la memoria. 
  • Desarrolla la creatividad. 
  • Expande la conciencia. 
  • Fortalece nuestra capacidad de concentración. 
  • Desbloquea las tensiones internas. 
  • Reduce el estrés y produce una sensación de bienestar general. 
  • Desconecta de las preocupaciones diarias. 
  • Ayuda a recobrar el equilibrio, el sosiego y la calma.
¿CÓMO ES LA MEDITACIÓN CON MANDALAS?

El mandala representa el área sagrada dentro de la que pueden surgir experiencias espirituales. La relación que se establece a través de la contemplación de la geometría del mandala incita a un estado de meditación que ayuda a explorar los rincones de la psique. Es como comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote tu sabiduría interior. Integrarlas a tu vida te dará la sensación de calma y plenitud.

Para meditar con tu mandala, basta con ponerlo en frente tuyo, a la altura de tus ojos a una distancia de aproximadamente 80 cm. En un ambiente tranquilo, en completo silencio o con música relajante. Fija tu mirada en el centro del mismo pero a la vez observando el "todo", intentando pestañear lo menos posible con la vista algo fuera de foco. Deja que tus pensamientos fluyan sin aferrarte a ellos. La persona que está meditando tiene que situarse en el centro del mandala y sentir que se relaciona integralmente con el intrincado diseño del Universo.
Al cabo de dos o tres minutos podrás observar cómo los colores y las formas comienzan a "brillar". Al continuar unos minutos más, empezarás a sentir cómo la energía actúa en todo tu cuerpo, incluso alterando estados de conciencia.
Verificarás una purificación directa a través del lagrimeo de tus ojos, debido a la fuerza de los intensos colores y de las formas.
El tiempo para meditar con tu mandala es relativo; los efectos terapéuticos comienzan a producirse casi inmediatamente desde que tenemos un contacto visual profundo con el mismo. Sería conveniente meditar unos quince minutos diarios; cuanto más tiempo, mejores resultados dará.

HISTORIA

Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su origen ancestral en la India pero pronto se propagaron en las Culturas Orientales, en los Indígenas de América y en los Aborígenes de Australia. La mayoría de las culturas poseen configuraciones mandálicas, frecuentemente con intención espiritual: la “mandorla” (almendra) del arte cristiano medieval; ciertos "laberintos" en el pavimento de las iglesias góticas, los rosetones de vitral de las mismas iglesias góticas. Es muy probable que esta universalidad de las figuras mandálicas se deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de perfección, de equidistancia con respecto a un centro, y de que el perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza.
LOS MANDALAS EN EL MUNDO
Para el Tantrismo Tibetano, mandala quiere decir khil-khor, que literalmente significa "el centro y los alrededores". Existen varios tipos de mandalas empleados para diferentes propósitos. Por un lado, están los mandalas elaborados o visualizados "como una tierra pura de Buda", los cuales se ofrecen a los seres iluminados y/o a los maestros espirituales con la intención de acumular méritos. Otro tipo de mandalas son los que se utilizan durante una iniciación tántrica, en donde el mandala representa la residencia del Buda relacionado con dicha iniciación y el maestro introduce al discípulo en el significado del mandala como parte del ritual. En este contexto los mandalas que se utilizan para la ceremonia pueden ser pintados en tela, creados con arena de colores o bien, simplemente visualizados. Los mandalas de arena, a su vez, pueden elaborarse a petición de la comunidad con la intención de pacificar desastres naturales, traer paz y armonía a un lugar determinado y a sus habitantes, como una bendición durante un retiro de meditación, o para consagrar medicinas en el caso de un mandala relacionado con el Buda de la medicina. 
En la Civilización China aún en la actualidad, son utilizados para generar abundancia y prosperidad así como para fortalecer la salud.
En la Cultura Egipcia, los mandalas eran utilizados llenando de energía el lugar debido a la fuerza que transmitían, y como instrumento de meditación profunda. También se usaban dentro de las casas para armonizar y transmutar la energía negativa en positiva.

En Tribus Indígenas Americanas se hacen presentes en coloridos bordados adornados con plumas y animales nativos. En algunas tradiciones se empleaban como protección contra los malos espíritus y como una especie de amuleto para promover la valentía y el coraje.

Los Nativos Navajo celebraban ceremonias elaboradas, las cuales incluían oraciones y pinturas de arena representando diversos mandalas. Estos no eran permanentes, invocaban a los seres sagrados a la vez que servían como altares provisionales. Se dibujaban dentro de los hogares beneficiando, con cada mandala, no solo a los habitantes de esa casa, sino también a todos los miembros de la tribu.

Los Dogon de Mali poseen una metafórica relación entre el lenguaje y los símbolos, sus complejos mandalas hablan del "huevo de amma" como el vientre que alberga los signos del mundo, de ahí que el mandala más representativo de esta maravillosa cultura tiene forma ovoide, trazado por una cruz en su interior, la misma divide al mandala en cuatro partes distintas que representan a su vez lo cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales.
Los Dogon llaman "bummo" (huellas) a todos los elementos presentes en sus mandalas. Para esta cultura, meditar y trabajar la propia evolución sobre la base de sus mandalas, es un elemento esencial para llegar a comprender su lugar en este mundo así como para identificarse con el cosmos y con el infinito.
La Cábala, ciencia sagrada que obedece a las leyes más simples de la naturaleza, posee dos principios que la sostienen: las letras del alfabeto hebreo y los "sefirot". Los sefirot están formados por diez esferas, en las cuales la luz divina es recibida y se manifiesta a través de ellas. Las diez etapas sucesivas de la luz, dan al hombre la posibilidad de comprender el infinito.
Las 22 letras hebreas pasan por los 10 sefirot del árbol de la vida, formando así el mandala. Cada sefirot representa distintos planos de la conciencia por los cuales es necesario transitar para evolucionar y encontrar así, la esencia del ser en una unión con lo absoluto. Las runas de las tradiciones nórdicas, son contenedoras de diversos símbolos que representan la búsqueda de la armonía en relación con lo interno y lo externo. Representan energías sagradas que hacen referencia a los distintos planos de la conciencia.

Cada tipo de mandala enseña una lección distinta. Cada figura que integra un mandala posee varios propósitos: como objeto de adoración a una determinada deidad, como adornos de templos y lugares sagrados, como foco de visualización y meditación, o bien como expresión plástica y artística del camino recorrido hacia el progreso y la evolución espiritual.
Mandala es sinónimo de espacio sagrado. Pareciera ser que existe mas allá de una cultura en particular, incluso al margen de ésta, hallamos mandalas en el mundo natural, y más allá de nuestro planeta tierra nos encontramos con el espacio y sus maravillosas formas cósmicas.

LOS MANDALAS Y EL TRABAJO CON NIÑOS.

Siguiendo a Piaget, Wallon y Erikson, entre otros, el niño pasa por varios estadios de desarrollo hasta convertirse en adolescente y finalmente en adulto. Las tres fases del desarrollo son: la infancia, la niñez y la adolescencia. Son tres tipos de inteligencias distintas, tres maneras de abordar la realidad.

Para Jean Piaget (1896-1980), prestigioso psicólogo conductista, todo el desarrollo de la inteligencia está en un proceso de estimulación a fin de lograr la adaptación al medio mediante la asimilación y acomodación. Cuando un niño nace, dispone de una capacidad de desarrollo de potencial intelectual. El hecho de que pueda llegar más o menos lejos va a depender básicamente del esfuerzo que él haga, pero este esfuerzo va a estar condicionado por los estímulos que les ofrezca su entorno. La rapidez del avance, a través de los períodos de desarrollo de la inteligencia, está influida por el entorno sociocultural, aun cuando el orden de los estadios o fases permanezca inalterado. La mejor ayuda al desarrollo del niño es un medio ambiente que lo estimule, que le resulte atractivo y gratificante.
Para Henri Wallon (1879-1962), psicólogo neoconductista y afamado neurólogo, la evolución es un proceso más discontinuo, con crisis y saltos apreciables, tiene un enfoque más pluridimensional. En la mayoría de los casos, la pintura puede tener un efecto preventivo, ya que por medio de ella los niños aumentan la conciencia de sí mismos y pueden superar las crisis de su desarrollo con mucha más facilidad.
Para Erik Erikson (1902-1994), psicoanalista norteamericano, el desarrollo se basa en los aspectos psicosociales del proceso evolutivo humano, la vida gira en torno a la persona y el medio. Cada etapa es avance o regresión de otras etapas.
Cuando hablamos de inteligencia hablamos también de creatividad infantil; en la escuela habrá que tener en cuenta que ésta se manifiesta y fomenta por medio de actividades expresivas, básicamente a través de la expresión dinámica (actividades lúdicas, el juego) y la expresión plástica (dibujo, pintura).
Introducir los mandalas como instrumento educativo tiene como objetivo: 
  • Desarrollar los sentidos y la capacidad de percepción.
  • Fomentar la iniciativa personal.
  • Estimular la imaginación favoreciendo la libre expresión.
  • Ayudar a la formación de la inteligencia, del razonamiento, del control y dominio del cuerpo.




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